miércoles, 13 de enero de 2010

El fumar es perjudicial para la salud


Cuando no sé qué carajo escribir me pongo a pensar en infinitas situaciones; desde diálogos con viejas boludas, señoritas lindas, y hasta grandes relatos imaginándome en la piel de otra persona.
Obviamente que el Marlboro encendido es vital, me ayuda a engendrar pensamientos. No sé que mierda tiene pero a mí, particularmente, me da una gran mano a la hora de abstraerme de la materialidad inmediata. Deben ser los venenos que lleva por dentro, calculo. Ah, sí, seguramente, olvidaba que fumar es considerado drogarse. Bueno entonces está claro: el cigarrillo me droga y yo cual drogón vuelo por estúpidas praderas, a las cuales llegamos los estúpidos fumadores. En fin...
Hoy tuve un día lleno de ocio por suerte. No hay nada peor que mantener tu existencia empleada en cuestiones vulgares, mecánicas, domesticadoras, mediocrizantes... Y claro, me refiero a trabajar, a tener un empleo. Bueno sí ya sé, pero no me vengas con que te encanta tu trabajo ni que ocho cuartos; conociéndote y conociendo tu mente estrecha se observa muy facilmente que la frontera que delimita tus expectativas y requerimientos hacia la vida se encuentra ahí, sí, justo ahí por donde salen tus mocos, tu hermosa nariz. Sólo algunos privilegiados pueden mesclar en un mismo vaso estos ingredientes: empleo-pasión-solidaridad-amor-dinero. Se imaginaran por qué es tan difícil un brebaje como este. Exacto, por el puto dinero. Pucha que cada vez más cosas se obtienen con el dinero eh, es terrible. Sí, sí, no me jodas; si conseguís algo sin él te aseguro que siempre es post-morten. Es muy envidioso el género humano como para reconocer en vida valores supremos, trascendentales y elevados; eso llevaría a la persona que lo merece a un altar en el cual se estaría posando sin derecho, ¡porque lo hiso sin dinero joder! Claro, imagínense, sería una mala publicidad para el hermoso sistema social en el que vivimos. Entonces pendejo andá a trabajar. Y vos pendejita caprichosa también, o usa polleras más cortas, qué sé yo.
Ah ya sé, se me ocurrió una idea ge-nial: me voy a vivir en medio de la condenada selva. ¿Que no hay más lugares donde pueda ser un tranquilo salvaje? ¡No me rompas las pelotas querés! ¿Qué me decís, que soy un encadenado de mierda? Si yo no tengo cadenas mirá. ¿Que no las veo, que son mas sutiles? Uh, andate a la puta que te parió. Me arruinaste el cigarrillo. No hablo nunca más con vos, loco endemoniado.

Pero che, ni un pucho en paz se puede uno fumar en esta jungla eh. Qué me contás. (*)




(*) Miren qué divertido es leer este artículo en wikipedia acerca del ocio:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ocio

1 comentario:

M. dijo...

Vamonos a la concha del mono!

Sabes una cosa, desde el 1 de enero que no fumo... Y lo que mas extraño son las charlas esas maravillosas que teniamos todos entre puchos y cerveza en algun antro conocido con las siglas A.B.

Nos tenemos que juntar! Sabelo!