Pienso, luego existo:
Eso es situar el carro adelante del caballo, dijo un amigo.
La existencia precede a la esencia, dijo otro.
¿Ustedes, qué opinan?
Más allá de esas sentencias, ¿cómo hacemos para armonizar?
Digo, no sé, la persona que tiene hambre calculo que dirá: Me alimento, luego vemos.
¿Entonces?
Entonces, la filosofía se alimenta, tiene proteínas.
Entonces sólo queda esperar por “traidores de clase”.
Entonces dejen de molestar almas, repartan proteínas.
O repartan fusiles.
Pero repartan algo.
Ecuaciones de bibliotecas: no más por favor.
Los libros no poseen hierro ni vitamina C.
Esperen a ver la idea que tengo, dijo Pedro.
Esperen a ver si alguna idea me hace tener algo, dijo José.
¡Esperen! Yo tengo todo, dijo Ramón.
¿Alguien tiene algo?
Si es así, que convide.
Yo digo: pienso, luego lagrimeo.